Expertos sostienen que, así como los seres humanos, las
compañías tienen 4 etapas diferenciadas: nacimiento, crecimiento, madurez y envejecimiento.
Al igual que usted o que yo,
las empresas tienen un ciclo de vida. Y en alguna de esas etapas pueden surgir
diferentes oportunidades que las lleven a crecer más y afianzarse en el mercado.
Aunque para ello se necesitará un conductor adecuado, un
líder que aprovéchese tipo específico de situaciones. Los problemas que aparecen
en los negocios son grandes aliados y símbolos de la vida corporativa,
porque brindan las claves para entender en qué punto de su ciclo se encuentra
la empresa y el perfil de líder que requiere, pues no todos pueden enfrentar
de manera exitosa las diferentes etapas de una organización. Más si, cada etapa dura entre cinco y siete años,
tiempo que coincide con el ciclo recomendado para la gestión de un ejecutivo en
una empresa. En esa línea, se explica cuáles serían los tipos de líderes que
necesitan las empresas, si se considera que estas tienen cuatro ciclos
definidos:
1. Nacimiento
El líder nato de la organización
suele ser el empresario, dado su
empuje y talento creativo que lo impulsan a emprender sin mucha dificultad
nuevos proyectos. En la etapa inicial de la empresa, un líder con talento
orientado a procesos sencillamente no funcionará.
2. Crecimiento
Como la empresa empieza a
profesionalizarse, también surge la necesidad de preparar al futuro CEO. Este debe poseer un talento estratégico que
permita sostener el crecimiento con los recursos limitados que tiene y
con productos o servicios adecuadamente enfocados a satisfacer las necesidades
de segmentos de mercado bien definidos. Esa decir, desde el nacimiento hasta el
crecimiento, se requieren líderes altamente creativos y proactivos, que no
teman el riesgo, buscadores de oportunidades y que velen por satisfacer las
necesidades de los clientes.
3. Madurez
En esta etapa, el líder deberá
tener un talento organizativo.
Ahora sí orientado a los procesos
para optimizar la organización, ganar eficiencia, mejorar los márgenes
operativos y la rentabilidad de la empresa. Los líderes estratégicos, combativos
y orientados a conquistar mercados también son claves.
4. Envejecimiento
Durante el potencial declive de la
empresa, es preferible un líder
con talento cohesionador y creativo que pueda desarrollar un equipo
unido en torno a los desafíos de la firma y las innovaciones necesarias
para reflotarla. Lo importante, es contar con líderes comunicativos e
innovadores que puedan enfrentar las crisis con creatividad
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